¿Qué sucedió a Jesús en los últimos minutos de su agonía? Aquello tuvo todas las características de una crisis de desconcierto por el silencio de Dios. En este momento, el Padre fue para Jesús «Aquel que calla». Jesús, sin embargo, tuvo una magnífica reacción distinguiendo nítidamente el sentir y el saber.

Para medir y ponderar esta crisis, tenemos que examinar ciertos antecedentes de orden fisiológico y psicológico.Según los entendidos en la materia, Jesús había perdido para este momento casi toda su sangre. El primer efecto de esa hemorragia fue una deshidratación completa, fenómeno en el que la persona sufre no un dolor agudo sino una sensación asfixiante y desesperada. Como efecto de esto, se apoderó de Jesús una sed de fuego que no sólo se siente en la garganta sino en todo el organismo, sed que experimentan los soldados que mueren desangrados en los campos de batalla. Ningún líquido del mundo puede apagar esa sed sino una transfusión de sangre.