En las descripciones de la figura de Jesús se muestra a veces casi sólo el aspecto contestatario, el comportamiento de Jesús contra una falsa devoción. Así, Jesús aparece como un liberal o como un revolucionario. En efecto, Jesús ha introducid en su misión de Hijo una nueva fase en la relación con Dios, inaugurando en ella una nueva dimensión de la relación del hombre con Dios.

Pero esto no es un ataque a la piedad de Israel. La libertad de Jesús no es la libertad del liberal. Es la libertad del Hijo, y por ese mismo motivo es también la libertad de quienes son verdaderamente piadosos.

Como Hijo, Jesús trae una nueva libertad, pero no la de alguien que no tiene compromiso alguno, sino la libertad de quien está totalmente unido a la voluntad del Padre y que ayuda a los hombres a alcanzar la libertad de la unión interior con Dios.—La Infancia de Jesús. Pag, 72