Jesús, no esperaré, vivo el momento presente, colmándolo de amor. La línea recta está hecha de millones de pequeños puntos unidos uno a otro. También mi vida está hecha de millones de segundos y de minutos unidos uno al otro. Coloco perfectamente cada uno de los puntos y mi línea será recta. Vivo con perfección cada minuto y la vida será santa. El camino de la esperanza está pavimentado de pequeños pasos de esperanza. Como tú, Jesús, que has hecho siempre lo que es agradable a tu Padre. Cada minuto quiero decirte: Jesús, te amo, mi vida es siempre una «nueva y eterna alianza» contigo. Cada minuto quiero cantar con toda la Iglesia: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo… – 5 panes y dos peces.