Las pruebas por las que sientes traspasada el alma ten por cierto que son señales del amor divino y alhajas para el alma. Todo lo que sucede en ti es obra de Jesús; y debes creer que es así. A ti no te toca juzgar la obra del Señor; pero sí debes someterte humildemente a esas divinas actuaciones. Deja plena libertad a la gracia que actúa en ti; y recuerda que nunca debes inquietarte ante las situaciones adversas que te puedan sobrevenir, con el convencimiento de que hacerlo sería un impedimento a la acción del Espíritu divino. — 365 días con el Padre Pío. Pag, 26