

Él nos conduce y nos muestra cómo debemos conducir a otros y así, por medio de él, alcanzamos la verdadera humanidad y la correcta actitud personal. Buscamos la imagen de Dios en todos los seres humanos y queremos ayudarlos a caminar hacia la libertad y podemos decir: La especificidad de la mujer consiste esencialmente en la particular receptividad para la acción de Dios en el alma. — Edith Stein y la formación de la mujer. Pag, 7