
Acompañaremos a la Virgen. Le hablaremos de su Hijo; le diremos que le queremos mucho, que si los hombres no le hacen caso, que no se apure, que pondremos nosotros el amor de que carece toda la humanidad, y que si hubiera que dar cien vidas, las daríamos por Jesús.
¡Cómo consolaremos entonces a María! ¿No te parece? Con ternura de hijos a tan buena Madre.
Y Ella entonces, ¿qué nos dirá? — La Virgen Madre, 284