En el conocimiento de sí misma, por una santa reflexión, es decir, pensando quién es la que ofende a Dios, el ofendido por ella. Ella se ve, en cuanto a su humildad, como que es lodo, hecha de la espuma de la tierra, un verdadero saco de hediondez que por todas partes arroja pestilencia. Ella está sometida a muchas miserias y necesidades, y sujeta a la muerte, y espera morir, y no sabe cuándo — Celda Interior. Pag, 11