La persona de Dios en la que creemos, la que contemplamos y adoramos en la unidad del Dios tripersonal, se revela como
concreción de relaciones libres y de comunicación.
El Dios Tripersonal es, ante todo, revelación de sí mismo en cuanto ausencia de necesidad. En Dios, cada persona subsiste en un amor absolutamente libre, más allá de cualquier ley de necesidad.
Cuando Juan dice que Dios es amor, afirma que Dios es libre y que el amor es adhesión libre, relaciona-lidad libre. Si no hay una relación libre, no se puede hablar de amor, sino de otra realidad.
En Dios hay un amor libre no solo entre las tres Personas, sino de cada Persona hacia la naturaleza divina que cada una de
ellas posee enteramente. —Discernimiento. Pag, 3
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