Los obreros se santifican en las fábricas, el soldado en el ejército, el enfermo en el hospital, el alumno en la escuela, el campesino en el arrozal, el sacerdote en. su tarea pastoral, el funcionario en su oficina. Cada paso adelante es un paso más en el sacrificio al servicio del deber de estado. — Mil pasos en el camino de la esperanza, punto 24