No le cuentes tu historia a todo el mundo. Solo terminarás sintiéndote más rechazado. La gente no te puede dar lo que tu corazón anhela. Cuanto más esperas de la respuesta de la gente ante tu violencia de abandono, más te sentirás expuesto al ridículo.

Tienes que cerrarte del mundo exterior de manera que puedas entrar a tu propio corazón y al de Dios a través de tu dolor. Dios te enviará a las personas con quienes puedas compartir tu angustia, que puedan llevarte más cerca de la verdadera fuente del amor.

Dios es fiel a sus promesas. Antes de tu muerte, encontrarás la aceptación y el amor que imploras. No llegará del modo en que lo esperas. No seguirá tus necesidades y deseos. Pero llenará tu corazón y satisfará tu deseo más profundo. No hay nada más que en esta promesa para agarrarse firmemente. Todo lo demás te lo han sacado. Aférrate con fe a esta promesa desnuda — La voz interior del amor, Aférrate a la promesa, 7.