Canción de Farruko «Pasa_je_ro»

Todos hemos pensado en la realidad de la muerte alguna vez, bien sea porque vimos a alguien cercano morir, o a lo mejor nosotros mismos hemos experimentado la posibilidad de la muerte. Y debemos decirlo, aunque no sea lo más cómodo: Estamos llamados a la eternidad, por tanto, la muerte es solo un paso, un momento entre una vida y la otra vida. La canción «Pasa_je_ro» de Farruko es lo que me ha llevado a pensar en esto.

Si luego de escuchar la canción «Pasa_je_ro» de Farruko, a ti también te ha inquietado este tema, entonces te invito a que sigas leyendo este artículo.

1. La muerte es inevitable

«Pero el dinero se acaba, la movie termina
La muerte no sé cuándo nos va a llegar
Gracias a Dios aprendí a valorar
Y el tiempo que me quede me lo voy a gozar
Si mañana muero, yo nada me llevo (uh)
Todo es pasajero, disfrutar yo quiero»

Esta estrofa de la canción «Pasa_je_ro» de Farruko nos recuerda lo pasajero que es todo cuanto nos rodea. Finalmente, el día de partir de este mundo al abrazo eterno con Dios llegará.

Para los primeros cristianos, e incluso para los actuales mártires que hemos podido conocer en otros lugares del mundo, la muerte no ha significado el fin, sino la continuación de lo que Dios ha iniciado a través de nosotros.

Por eso, si bien no ha querido en su plan original que muriéramos, sabemos que por medio de la muerte Dios nos conduce a su encuentro. Para que podamos en la eternidad continuar glorificándolo y adorándolo, como ya se nos ha llamado a hacerlo desde esta vida.

2. No nos llevamos nada, todo es pasajero

«Si mañana muero, yo nada me llevo (nada me llevo)
Todo es pasajero, disfrutar yo quiero
Ni por amore’ ni dinero la muerte se detiene
Aprendí que eso en la vida va y viene»

Si hay quienes podrían dar una cátedra de lo que significa vivir el presente, confiar en la Providencia y gozar la vida, somos nosotros como cristianos.

Decía Santa Catalina de Siena que «si somos lo que debemos ser, prenderemos fuego al mundo entero». No sé si alguna vez has pensado, ¿cómo sería mi vida si viviera plenamente lo que he sido llamado a ser?, ¿cómo sería mi vida si viera todo el tiempo lo esencial sin distraerme en lo secundario?

Muchas de las realidades que a medida nos inquietan son justamente las que Jesús dijo que no deberían hacerlo: «Por eso les digo: no se preocupen por la comida ni por la bebida que necesitan para vivir, ni tampoco por la ropa que se van a poner» (Mt 6, 25). 

Cuantas veces no hemos encontrado tantas historias (tal vez la tuya es una de estas) de quienes han tenido un estilo de vida, hasta que se encontraron con Jesús, y aunque podrían tener todo en términos del mundo, su corazón seguía vacío. Porque finalmente hay que reconocer que un corazón hecho por un Dios infinito, solo puede ser llenado por algo infinito, que no es algo, sino Alguien y es Dios.

3. La muerte causa dolor en quienes me aman

«Si mañana muero, quien sufre son mis nene’
Cuando se acabe la movie, los de ciene’
Y ahí te das cuenta quiénes son quiénes»

La muerte nunca acabará de ser recibida con total paz, pues en el corazón de toda persona resuena un anhelo de eternidad. A lo largo de nuestras vidas vivimos diversos tipos de duelo: duelo por muerte de alguien que amamos, duelo por la pérdida de un empleo, duelo por terminar un momento de mi vida.

Sin embargo, la muerte física tiende a ser una de las que más duele, porque finalmente es despedirte de alguien. Duele tener que seguir viviendo la misma vida que he vivido en los últimos años, pero sin la presencia física de quienes me han acompañado siempre.

Nuestra fe nos enseña, por la comunión de los santos, que quienes se encuentran en Presencia de Dios están vivos. Incluso más vivos que quienes estamos en la tierra. Y, aunque no tenemos la total certeza que quienes han partido de este mundo estén con Dios, la esperanza y la fe hace posible confiarlos a su infinita misericordia. 

Si bien nada quitará el dolor, que es natural, podemos hacer actos que nos ayuden a aliviarlo. Por ejemplo, orar por quienes han partido de este mundo y recordar el don que Dios ha dado al mundo al llamarlos a la vida y permitirnos gozar a su lado; honrar nuestros seres queridos fallecidos, conservando sus enseñanzas y buenas costumbres, entre otras cosas, nos permite hacer que este paso sea vivido con mayor esperanza.

4. Al final del camino, quien te busca es Dios

«La muerte no sé cuándo nos vaya a llegar
Gracias a Dios aprendí a valorar
Y el tiempo que me quede me lo voy a gozar»

La historia de la salvación siempre tiene una dinámica muy linda: Dios sale al encuentro del hombre, lo llama y el hombre responde al llamado.

No olvidemos que no hemos sido llamados a la vida «porque sí», sino «para amar». Se nos ha dado una vocación particular a cada uno para poderla hacer vida, para que amemos lo que Dios ha amado primero.

Al final de cuentas, descubriremos que todo lo vivido en nuestra vida, tenía en el fondo una búsqueda de Alguien que ha estado enamorado de nosotros y lo ha hecho incluso en los más pequeños detalles. Ese Alguien es Dios.

Necesitamos aprender a ver la muerte de un modo cristiano, pues el pecado original ha generado una ruptura en nuestro interior. Sabemos que la muerte entró en el mundo y por ello lo que resuena en nuestro interior siempre será la eternidad.

La muerte, la enfermedad, el sufrimiento, es ese pedazo de la vida que no estaba ahí originalmente. Pero Dios nos recuerda que Él ha triunfado sobre la muerte, sobre el dolor. Y unidos a Él podemos convertir un Valle de lágrimas en una fuente de esperanza inagotable.

Los autores Gary e Isabela cuentan con un proyecto, Volver a lo esencial, donde tratan temas sobre el amor humano y las relaciones de pareja.