eyes closed ed sheeran

En su última canción, «Eyes closed», Ed Sheeran transmite el dolor de perder a alguien, en su caso su amigo Jamal Edwards, quien falleció de un ataque al corazón a comienzos del 2022.

La canción «Eyes closed» expresa, como el mismo Ed Sheeran escribió en sus redes, el dolor de imaginarnos que nos encontraremos con esta persona y que todo nos recuerda a ella y a las cosas que hicimos juntos. Y durante la canción, al igual que nos pasa a todos, cargamos con nuestro dolor, como el pequeño monstruo azul.

Lo mismo que está experimentando Ed Sheeran lo hemos vivido muchos de nosotros y muchas veces es una pena muy difícil de sobrellevar. Sin embargo, los cristianos sabemos que la muerte, aunque dolorosa, no es el final. Nuestra verdadera vida es en el cielo y que todo ocurre por voluntad de Dios y nada malo puede venir de Él.

Hay que bailar, pero con los ojos abiertos

En su canción, Sheeran dice que seguirá bailando, pero con los ojos cerrados porque cree que la única forma de responder ante el dolor es olvidándose de la realidad con alcohol y negándose a seguir adelante. Por eso no abre los ojos. Nosotros sabemos que en todo lo que nos ocurre está la mano cariñosa de Dios, especialmente en lo más doloroso (cuando más sufrimos).

Hay que volver a bailar poco a poco, a disfrutar de la vida. Abrir los ojos con la confianza de que en nuestro dolor y tristeza siempre está Jesús. Recuerda que Él también murió en la Cruz y sabe cómo se siente y siempre estará ahí para ti. En algunas ocasiones no hace falta hacer nada y dejar que Él lo haga todo en nosotros.

Si intentamos callar el dolor de otra forma: licor, fiestas, desenfreno… sin darnos cuenta nos metemos en un agujero al intentar huir del dolor y del sufrimiento. Y nos olvidamos que no tiene nada de malo sufrir, de sentir dolor, ni de llorar.

Creo que la mejor forma de explicar esto es con las palabras de C.S. Lewis en su libro «El problema del dolor»:

«Somos como bloques de piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la figura de un hombre, los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen también nos hacen más perfectos».

Pero sin resignarnos a sufrir, sino aceptándolo como voluntad de Dios, pensándolo y mirándolo de frente.

Nadie nunca está preparado

Ed Sheeran en su canción menciona varias veces que no estaba preparado para la pérdida de su amigo y para el sufrimiento que esto conlleva. Pero nadie está preparado para despedirse de un ser querido, ni para sentirse solo. Aquí me atrevería a decirte que no tiene nada de malo sentirse así, ni echar de menos a alguien.

Solo te recomiendo como amigo y como cristiano, que la mejor forma de llevar el sufrimiento es con Dios, porque la carga se puede hacer muy pesada y, aún más, si como Sheeran te preguntas dónde están tus amigos. Con Él nunca estaremos solos, incluso, aunque no se lo pidas: a no sentirse aplastado por la realidad.

Qué nos enseña la Biblia sobre el sufrimiento

El mejor ejemplo es el libro de Job, porque en él se hacen directamente las preguntas de ¿por qué Dios permite que las buenas personas sufran? y ¿es Dios justo? Todos conocemos la historia de Job, el personaje principal. Luego de perderlo todo: familia, riquezas y amigos, proclama: «El Señor me lo dio, y el Señor me lo quitó: ¡bendito sea el nombre del Señor!», Job 1, 21.

El camino de Job no responde todas sus preguntas, ni resuelve la duda del sufrimiento, pero podemos obtener dos enseñanzas. La primera, que sin importar nuestra situación debemos buscar razones o explicaciones profundas. Segundo, que debemos acercarnos y presentarle con honestidad nuestro dolor y confiar.

Por último, de igual forma que Job, podemos convertir nuestro sufrimiento y dolor en una oración, en una entrega. Como una forma de acercarnos al sufrimiento de Cristo en la cruz y del amor infinito de Dios. Y, en nuestro sufrimiento, dejarnos querer por Dios.