Para promocionar los Juegos Mundiales de Inverno del 2014, la empresa Procter & Gamble, auspiciadora del evento, ha preparado este comercial en el que rinde un homenaje y rescata el valor de las madres en el proceso de preparación de los deportistas. Se muestran imágenes de algunos acontecimientos que pueden marcar la vida de los competidores en su entrenamiento y se acentúa que en este proceso hay tropiezos, caídas, dificultades y errores, pero que poco a poco estos van convirtiéndose en parte del aprendizaje, siempre y cuando tras la caída siga un ponerse en pie y volver a intentarlo, trayendo posteriormente muchas alegrías y triunfos. Esto último es mucho más fácil si se cuenta con el respaldo y el apoyo de un ser querido, en este caso de la propia madre. La frase que resume el video es que una mamá siempre está “para enseñarnos que las caídas únicamente nos hace más fuertes”

Elementos apostólicos

Aprovechando el mensaje que transmite el video quiero proponer 3 aspectos en los cuales me hizo reflexionar.

1. La esencia de la maternidad es el amor incondicional

Si nos ponemos a pensar, desde el momento en que un hijo es concebido en el seno de una madre, esta mujer inicia un camino de amor, que está marcado por opciones de generosa entrega e incondicionalidad a su hijo. Quizá no siempre sea fácil y hermoso, pero el amor no es sólo como lo pintan en las películas y novelas. El amor auténtico está cargado de sacrificio, de donación, y es en los momentos de mayor dificultad donde se ve probado. Aceptar llevar a esta creatura en su vientre durante 9 meses con todo lo que implica,  es ya una evidencia de ello. Durante los primeros meses y años en que los hijos requieren más atención y cuidado se presentan miles de oportunidades para las madres de abnegarse por ellos. Los primeros pasos, las caídas y tropiezos, entre otros; y con ello los trasnochos, el cansancio, las preocupaciones. Ciertamente es exigente y requiere dedicación, apoyo y sobretodo mucho amor. Son los detalles que marcan la diferencia y se notará en la medida en que los niños vayan creciendo en aspectos como la confianza, la seguridad, la capacidad de adaptarse a distintas situaciones, enfrentar retos, establecer vínculos afectivos sanos, etc. No es raro por el contrario encontrar personas con problemas en su valoración, en su afectividad, en su personalidad y carácter, mucho de ello reflejo de un inadecuado cuidado y acompañamiento en la infancia por parte de su madre o padre.

2. Maternidad, un valor hoy poco comprendido

Hay varias tendencias e ideologías que encontramos en la cultura contemporánea que han afectado y distorsionado la manera de aproximarse a la maternidad. Por mencionar algunas, está el hedonismo y relativismo, que dan realce al placer, a lo cómodo y lo fácil. Para una mujer enfrentar las dificultades del embarazo puede ser un motivo para abortar. Hay además madres que al encontrarse con lo exigente que resulta dedicarse integralmente a sus hijos – especialmente en los primeros años de vida – optan por delegar el cuidado de sus hijos a otras personas o peor aún se desentienden de las necesidades más importantes de sus hijos. El egoísmo tampoco es ajeno a la cultura hodierna: si una mujer queda en embarazo puede pensarlo dos veces al ponderar continuar su embarazo versus cumplir sus planes y expectativas de vida profesional, laborar o personal; muchas veces siendo lo segundo el valor que más pesa para tomar una decisión en contra de la vida de su hijo. Otro ejemplo que también es muy común es que por seguir estos mismos planes personales se relega la crianza de los hijos. No es infrecuente encontrar madres que pasan poco tiempo con sus hijos porque trabajan todo el día. Los niños permanecen más tiempo con alguien que los cuida o incluso a veces solos, que con sus madres. Y en este sentido no me refiero únicamente a pasar más tiempo en términos de cantidad de horas, sino que “estar más” con los hijos se traduzca en compartir momentos importantes, alegrarse con sus alegrías, sufrir con sus tristezas,  escuchar las necesidades, apoyarlos, dialogar, etc.

3. Modelo de maternidad

En este último punto quiero resaltar un ejemplo de maternidad abnegada, generosa, entregada por su hijo, viviendo el sacrificio al extremo, viviendo el amor incluso en medio de los dolores. Me refiero a la Virgen María, madre de Jesús y madre también nuestra. Si nos acercamos a los pasajes de la Escritura que narran la vida de María y Jesús nos encontraremos con una historia de amor, una historia que está sellada por el significado auténtico de la maternidad, encarnado en esta mujer. Entre estos momentos resalto como María acoge la misión de ser madre sabiendo de las dificultades que esto implicaba, la posibilidad de ser rechazada, no encontrar lugar para dar a luz, tener que huir hacia Egipto para que no mataran a su hijo, el sufrimiento que soportó al perder a su hijo pequeño en el Templo y el haber acompañado a Jesús en su crecimiento y en los momentos fundamentales de su vida, hasta su muerte

María nos muestra su amor a cada uno de nosotros, porque ella también es nuestra madre. A ella podemos acudir como hijos suyos, confiarle nuestras alegrías, nuestras preocupaciones y angustias; ella como madre fiel y buena siempre sabe como atender a nuestras necesidades y nunca se cansará de ello. En este sentido, María es un testimonio que permanece vigente, para toda mujer que sea llamada por Dios a vivir la maternidad

Dinámica:

Te propongo algunas referencias bíblicas en las que encontrarás sobre la vida de María:

  • Lucas Capítulo 1, 26 – 56 y Capítulo 2(Antes y durante los primeros años de Jesús)
  • Juan Capítulo 2, 1 – 13 (su participación en el primer milagro de Jesús)
  • Juan Capítulo 19, 25-27 (Acompañando a Jesús en su muerte)

Además, creo que después de ver este video es imposible no reconocer el valor de nuestra madre. Quizá no haya sido perfecta, quizá no siempre cumpla nuestras expectativas, sin embargo nos han dado la vida y ha tratado siempre de darnos lo mejor. Aprovechemos hoy para manifestarle nuestra gratitud, también es tiempo para reconciliarnos con ella. Sino está ya con nosotros, tengámosla presente es nuestras oraciones y demos gracias a Dios por el don de nuestra madre.