

Hay numerosos grupos y cantantes católicos. Basta con buscar en internet para encontrar una variada lista de artistas. Así como tanta gente dedica canciones a una pareja, ¿qué mejor que cantar a Dios, el amor verdadero e infinito que no pasa ni muere?
Ya lo señala una conocida frase: «El que canta, ora dos veces». Por eso, te invito a meditar en el video y la letra de «Te necesito», realizada por el grupo colombiano Maikka junto al cantautor argentino Pablo Martínez.
Reconocer mi pequeñez y la grandeza de Dios
Existe el riesgo de pensar que obtendremos lo que nos propongamos sin la ayuda del Todopoderoso. Incluso si no lo rechazamos, lo ponemos en algún rincón apartado para que no interfiera en nuestros asuntos.
Entonces, cuando caemos movidos por la soberbia en el abismo de errores y pecados, es probable que nos demos cuenta de lo mal que estamos y que admitamos, como el hijo pródigo, que necesitamos al Padre bueno.
Sin Él, «no tengo nada, nada puedo, nada valgo, nada soy». Al reconocer nuestra pequeñez y entregarnos a la bondad infinita del Omnipotente, le permitimos actuar, dándonos las fuerzas para continuar. «Todo lo puedo en Aquel que me fortalece» (1 Filipenses 4,13).
Dios calma las tormentas. Por más que busquemos otras salidas, solo Jesucristo da paz, rompe las cadenas que nos atan, sana aquellas heridas más profundas, alivia el dolor, «transforma y dame vida, y renueva con tu amor mi corazón».
Buscar a Dios con confianza
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor (Salmo 1). Dios nos lleva en sus brazos, aunque no siempre sintamos su presencia o permanezca en silencio, a pesar de que pasemos por la noche más oscura. Él nos acompaña: «si esta prueba no tuviera fin, si Tú estás a mi lado, yo resistiré».
¿Lo crees? Díselo. Él conoce las dudas que muchas veces nos impiden confiar como el niño que no teme y se abandona en los brazos de su padre. Búscalo en la oración.
Repite una y otra vez: «Yo te necesito». Que esta jaculatoria la tengamos presente cada día.
Pido oración por aquellos que injustamente están pagando con su libertad por algo que no hicieron. Y que la justicia divina impere.