

Aunque cuatro siglos nos separan de la época en la que nació Blaise Pascal, la más reciente Carta Apostólica del papa Francisco Sublimitas et miseria hominis publicada recientemente, me permitió conocer más de cerca a este matemático, físico y filósofo. Él, desde muy joven, fue un incansable buscador de la verdad.
Recordemos quién era Blaise Pascal
Pascal (19 junio 1623 – 19 agosto 1662) nace en una familia acomodada francesa. Es educado por su padre Étiene, quien asume la crianza de sus hijos cuando fallece su esposa; en esa entonces Pascal tenía apenas 3 años. Desde muy pequeño demuestra grandes habilidades para la geometría y la matemática, lo que lo lleva a relacionarse con importantes científicos de su tiempo. Con tan solo 19 años inventa una máquina aritmética, considerada predecesora de la calculadora moderna.
A sus 31 años tiene una experiencia mística que lo conduce a una profunda conversión a Dios, al que afirma solo se puede acceder por medio de Jesucristo. Tiempo después, su salud empieza a deteriorarse y en 1662, con apenas 39 años, fallece a causa de sus dolencias.
Si tú eres un joven creyente y quieres animar a otros a conocer a Dios, te invito a continuar con esta lectura, porque gracias a esta Carta Apostólica percibí algunas características y pensamientos de Blaise Pascal que podrían ser de utilidad en tu misión.
1. Seguir a Dios no te aleja de la realidad, te compromete con ella



Uno de los rasgos que el Papa reconoce en Pascal es su apertura a la realidad. Siempre dispuesto a conocer, a profundizar, a desarrollar teorías y proyectos que tuvieran un impacto en las necesidades y en las discusiones de su época.
Ejemplo de ello es su participación en la invención de la primera red de transporte público en París —los Carruajes de cinco centavos—. Así que recuerda: el llamado a construir el Reino de Dios es aquí y ahora y los jóvenes con su creatividad pueden aportar significativamente.
2. Dios es nuestra verdadera felicidad



Como parte de sus estudios filosóficos, Pascal dedicó su esfuerzo a comprender la condición humana y encontró que en el hombre se encierra una gran paradoja: la grandeza y la miseria.
El razonamiento despierta en nosotros el deseo de vivir, de ser felices y de llegar a poseer la verdad; pero al mismo tiempo, nos hace comprender que por más que nos esforcemos, somos seres destinados a la muerte.
Este contrasentido, explica Pascal, hace que busquemos distraernos con cosas vanas, que claramente no logran saciar estos deseos de infinito. De allí que solo el que es eterno e inmutable puede colmar y darnos respuesta plena.
Solo el Dios que se nos ha revelado es aquel que puede darnos respuesta sobre quiénes somos. Ni siquiera la filosofía más excelsa lo puede hacer por sí sola. Esta certeza la vivió Pascal en carne propia, tras su experiencia mística de la que pudo concluir que Dios era alegría inagotable, una de la que el matemático jamás quiso volver a separarse.
3. Creer en Dios no es asunto de locos



Pascal, un hombre de ciencia y de lógica, nunca vio necesario renunciar al uso de la razón para creer en Dios. Simplemente, con humildad, reconoció que la razón y la inteligencia humana tienen un límite para acercarse al misterio divino. Por ello, es necesario abrirse a la razón sobrenatural, pues la gracia es la que permite avanzar en el conocimiento y en la experiencia de Dios.
La fe en Dios es razonable, afirma Pascal, no solo porque el espíritu no podría obligarse a creer en algo que de plano sabe que es falso, sino también, porque la religión sería un disparate, si tuviera que desechar los principios de la razón.
4. La fe, al igual que el amor, no se impone



El Papa Francisco señala que, si bien Pascal tenía certeza de que Dios es la verdad, estaba convencido de que no se alcanza por imposición.
Dice Blaise Pascal que aquellos que no tienen la fe, solo se les puede presentar por razonamiento, esperando que Dios se las otorgue por sentimiento de corazón. Para él era fundamental la disposición de un corazón abierto que sea capaz de acoger, lo que por gracia Dios le propone.
5. El camino para el encuentro con Dios es Jesucristo



Pascal está convencido de que a Dios se llega a través de Jesucristo, aquel que haciéndose hombre y conociendo nuestras impiedades es nuestro salvador y liberador.
Solo en Él entendemos qué es la vida, la muerte, Dios, y desde luego, quiénes somos nosotros mismos. Por tanto, dice el papa Francisco, Jesucristo y la Escritura son el núcleo y el fundamento.
6. El amor es expresión absoluta de Dios



Dios no viene a ser una exposición doctrinal, un conocimiento cerrado o una tendencia de moda, es principalmente amor. Declara Blaise Pascal, que sin caridad la verdad no es Dios.
Esta verdad se trata justamente de poner en práctica ese amor a Él y por ende, a los demás. Algo que este joven logró en su corta vida, donde los otros siempre tuvieron un lugar privilegiado en el ejercicio de la caridad.
Así que ánimo, no desfallezcas, porque como bien lo indica el Papa Francisco, Blaise Pascal es ejemplo de una evangelización paciente y respetuosa que hizo vida y que estamos llamados a seguir en la actualidad.
Fotografías proveídas por Freepik
Excelente artículo, resalta la importancia de seguir a Dios, la racionalidad de la fe y el papel central de Jesucristo en nuestro encuentro con Dios.
Excelente artículo, resalta la importancia de seguir a Dios, la racionalidad de la fe y el papel central de Jesucristo en nuestro encuentro con Dios.
Interesante artículo que nos ayuda a alimentar nuestra Fe y el Servicio a nuestro Señor Jesucristo