La radiografía de nuestra vida: ¿Puede haber belleza en algo roto? (Post comunitario)
En nuestro post comunitario de hoy les presentamos un bonito video producido por «People of the second chance», una organización que cree en la importancia de una segunda oportunidad para que las personas sean felices. El video nos muestra de un modo muy creativo que podemos ser felices a pesar de experimentar el dolor. Con nuestros blogueros asociados profundinzaremos hoy en esta idea. ¡Esperamos les guste!
«Me considero más bien una soñadora”, dice la artista al comienzo del vídeo, antes de empezar a narrar cómo saca belleza de algo que en un principio es fuente de tristeza e inquietud. Dios es el gran soñador y el gran artista que consigue sacar de nuestros rotos y nuestras enfermedades, luz y color. Y no se limita a poner una tirita sino que es capaz de convertir nuestro dolor, nuestra limitación, en otra cosa, radicalmente distinta: en algo bueno.
Nosotros no solo tenemos que “dejar a Dios hacer”, sino que debemos aspirar a imitarle en ese ser soñador y ser artista. Primero: para confiar en que juntos, Él y nosotros, podremos sacar algo bueno de nuestros fallos y sufrimientos; Él es el que hace pero hay que dejarle hacer. Segundo: para aprender, desde Su corazón, a obrar del mismo modo con las personas que nos rodean, y ser instrumentos de Dios para curar los corazones rotos que nos encontramos en el día a día.
La botella medio llena o medio vacía. La vida desde los colores que nos ofrece o desde su inversión. El dolor como parte de la vida o una losa desesperante. De nosotros depende muchas veces vivir las circunstancias de la vida de la forma como vienen sin verlas como signo de algo más grande, ahogarnos en la limitación que puede suponer o sobreponernos y afrontarlas con valentía.
Por muy duro que sea el instante que nos pueda suceder o al que nos podamos enfrentar, siempre tenemos la ocasión de vivir intensamente la realidad, sabiendo que nos es dada. Que no hay nada que nos pueda apartar de la positividad de fondo, que no hay mal que por bien no venga. El vídeo de hoy nos recuerda dos cosas básicas: para descubrir lo positivo en una realidad aparentemente negativa hay que distanciarse un poco de ella, sobreponerse (subir a la azotea) y luego es importante polarizar en positivo, es decir, intentar ver las cosas con más esperanza, sin tanto sentimiento de queja o incomodidad. El cambio de punto de vista y los resultados merecen la pena, por nosotros y los demás. Después de la tormenta siempre viene la calma. E incluso durante la lluvia puede salirnos el arcoiris. ¡Ánimo!.
Todos estamos llamados a, como el buen samaritano, atender al hermano herido que nos encontramos en el camino. Absolutamente todos lo estamos. Hay veces que, aún teniendo esto presente, nos quedamos tan en lo superficial que tenemos la sensación de que «todo va bien», de que las personas que tenemos cerca, con las que nos cruzamos, no tienen heridas. El Señor Jesús nos llama a «mirar» más allá, a ir al corazón, al interior, donde las heridas no son tan perceptibles. Mirar al corazón y descubrir la herida del hermano es todo un arte, o mejor, es todo un don.
El don se nos regala pero podemos vivir con él sin ser conscientes de que lo tenemos. Hace falta «subir», como Moisés, al encuentro del Señor. Hace falta mirar de frente «al que ES» para luego mirar con misericordia al prójimo. Sólo los pies descalzos de quien se ha encontrado con el Amor son capaces de cargar con el dolor ajeno. Sólo quien se sabe amado puede ser bálsamo y perfume.
Es el AMOR quien mueve y hace avanzar la vida, quien da la felicidad. Dios, fuente de inagotable poder y belleza lo alimenta continuamente. Pero el “virus” del MIEDO lo bloquea y enferma. Es natural tener miedo ante lo desconocido y el sufrimiento, se trata incluso de un mecanismo de supervivencia innato. Sin embargo, es sobrenatural mirarlo de frente para poder superarlo y así volver a ser feliz. Actualmente se tiende a cambiar el clásico e inquietante color verde de los uniformes sanitarios por las flores y alegres colores. Es especialmente efectivo en pediatría porque los niños son más lábiles. Nuestro vídeo parece una alegoría: los habitantes del cielo (Dios, María Santísima, los ángeles y santos) cuando les presentamos nuestros sufrimientos francamente y sin máscaras (nuestras auténticas radiografías), los llenan de colores y cosas bellas…nos dan todas las gracias para que los vivamos felizmente y dando frutos de redención. Es rigurosamente cierto, lo saben quienes lo han probado, un milagro que sucede todos los días y en todos los lugares de forma callada y maravillosa.
Veo el video en sí mismo como un símbolo valioso para comprender y enfrentar las dificultades que experimentamos a lo largo de la vida, la radiografía muestra el interior herido que lejos de esconderse debe verse con atención y a la luz que viene de lo alto, pero no para quedarse en la contemplación del dolor sino para hacer con él algo mucho mejor, convertirlo en un signo de esperanza. Todo dolor humano es en ese sentido un inmenso tesoro que requiere ser sembrado en la tierra correcta: el mismísimo cielo. Por eso la chica pinta en la azotea, el lugar más alto y abandonado del edificio que parece señalar desde arriba a todo un mundo que no ve lo esencial porque se ha quedado en la parte baja, anodina y plana.
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