belen conflicto

El mensaje de la Navidad sigue siendo actual hoy,  años después de que Dios mismo naciera en un pequeño pueblo llamado Belén. Esta es la idea que más fuerte quedó en mi mente después de ver este video. La historia de Jesús no es un cuento de hadas. Él realmente fue uno de nosotros, nació en un lugar concreto, se hizo hombre, trabajó, recorrió las calles y caminos, tuvo un rostro, una familia. “Pasó por el mundo haciendo el bien” (Hechos 10,38)

Los testimonios y respuestas de los actuales habitantes de Belén nos ayudan a tomar conciencia que las palabras del Evangelio son verdaderas. Jesús nació siendo signo de contradicción, fue hijo de una joven Virgen cuyo embarazo fue motivo de escándalo e incluso pudo haberle costado la vida. María, José y El Niño fueron seres humanos que pasaron por dificultades reales que no se solucionaron mágicamente sino que fueron asumidas con valentía al optar por cumplir el designio de Dios sabiendo las consecuencias que esto traería.

Este corto video nos muestra el Belén del siglo XXI y nos hace preguntarnos: ¿Por qué escogió Dios un pequeño pueblo como Belén para enviar a su Hijo? Pienso que Él quiso experimentar la vida de los sencillos, de los pobres, de los desamparados y desatendidos de la sociedad. Quiso carecer de un lugar donde nacer, hacerse perseguido y refugiado para enseñarnos que sólo los de corazón sencillo pueden descubrir su gloria.

Jesús sigue siendo actual y sigue estando junto a nosotros, especialmente de aquellos que sufren, para mostrarnos que solo hay una forma plena de vivir: el amor. El modelo es Él mismo que supo amarnos desde el primer instante de su vida en la tierra. Su mensaje sigue resonando como un clamor que debe ser escuchado hoy más que nunca: el mundo necesita paz. El Príncipe de la Paz nace en un lugar de conflicto lleno de contradicciones, para enseñarnos que a pesar de todo la única manera de alcanzar la verdadera paz es aceptando su presencia en nuestras vidas.

Hoy, como hace 2014 años, Jesús sigue tocando las puertas del Belén de nuestras vidas y quiere que lo acojamos. Dejémoslo entrar y quedémonos junto a Él, pues sólo así podremos encontrar la paz que necesita nuestro corazón y nuestro mundo.