Este es uno de los videos que durante las pasadas semanas ha conseguido que me partiera de risa… Últimamente en las redes sociales es muy frecuente encontrar videos de Barack Obama interpretando las canciones más escuchadas. Me parece muy ingenioso, pero, dándole un poco más de vueltas (fuera de las personas que crean este tipo de videos con el único fin de ser graciosas), hay una cuestión que me ha dejado un tanto preocupada: los mensajes pueden ser fácilmente sacados de su contexto. Este problema puede apreciarse en distintos niveles, pero tiene un claro efecto común: crear malos entendidos.



En el plano global, cuántas veces nos habremos encontrado con noticias que, siendo publicadas en medios de comunicación supuestamente confiables, aseveran situaciones que no son del todo ciertas. Un ejemplo clásico (y que interesa especialmente a los cristianos) son aquellas noticias que parafrasean palabras que ha dicho el Papa, cambiando radicalmente su sentido, llegando a publicar titulares como: «El Papa dice que los divorciados pueden comulgar» «El Papa dice que la Biblia está anticuada en muchos pasajes» «El Papa dice que no existe el infierno», etc. Hay que reconocer que las comunicaciones acera del Papa “venden”. Hoy en día, la prensa y la televisión pueden cojear mucho de amarillistas, buscando publicar lo que escandaliza y no necesariamente lo verdadero. Esto además de ser una crítica de los medios de hoy, es un incentivo a los periodistas cristianos para que defiendan los verdaderos ideales de la profesión, pero además es una realidad con la que tenemos que lidiar todos: los medios pueden llegar a difundir cosas fuera de su contexto con el fin de manipular nuestra percepción de la realidad.

Ante este hecho creo que es importante recordar la cita Bíblica de Mateo 10,16: «Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas». Creerse de primeras los reportajes y artículos presentados por los medios de comunicación que tratan de religión es ser bastante ingenuo y muy poco astuto. El Vaticano tiene sus páginas web oficiales donde publican las comunicaciones del Papa de forma literal y en el sentido en que son pronunciadas. Muchas veces ha tocado a estas páginas desmentir lo que los medios propagan erróneamente. Claro está que dichas objeciones presentadas por la Iglesia y el mismo Papa no son igualmente difundidas… Para ser hábiles en este sentido, conozcamos cuáles son las páginas fiables del Vaticano y remitámonos a ellas cuando tengamos dudas sobre publicaciones que trates sobre el Sumo Pontífice.

Pasando al plano interpersonal, la sinceridad es algo que creo todos apreciamos en nuestras relaciones. Nos gusta saber que podemos confiar en aquellas personas que consideramos cercanas. Fuera de que en sí podamos considerar que somos personas honestas, cuántos de nosotros no nos hemos encontrado diciendo alguna vez: «ella me dijo que él le había dicho que…» Parafrasear a otras personas siempre lleva a distorsionar un poco el mensaje (aunque no tengamos la intención de causar ningún mal). Nos lleva a poner acento en algún aspecto que nos llamó más la atención, a cargar con más emociones ciertos puntos del relato porque nos ha sorprendido un poco más, etc. Esto se convierte en un problema cuando por medio de dichos “parafraseos” se llega a herir a alguien o a causar problemas entre amigos, hermanos, esposos, conocidos, etc.

La comunicación sana entre personas es una conversación abierta donde el tema atañe a las partes y cuyo fin es transmitir alguna emoción, compartir alguna experiencia, exponer las dudas o preguntas, siempre dirigido al bien de ambos. En definitiva el “parafraseo constante”, puede llevar al chismorreo y la habladuría que no trae bien a nadie y es muy propenso a acabar en malos entendidos que cuestan reparar: «no te creo, porque él me dijo que tú habías dicho que…». Una buena amiga alguna vez me dio el consejo de no basarme nunca en comentarios que no  provengan de la boca de quien se dice se ha dicho. Últimamente lo he estado siguiendo y la verdad es que me ha dado mucha paz.

Correlativamente, debemos ser personas que solo hablan de lo que saben. La sinceridad es un hábito que se gana con la práctica. Muchas veces conviene mordernos la lengua para no incurrir en hablar de “más” ya que la reputación de nuestra palabra toma años para construirla y un comentario inoportuno para destruirla. Esforzarse por ser veraces y sinceros nos llevará a reflexionar mejor en cada palabra que pronunciamos para que sean palabras de bien.

«Que tu palabra sea sí, cuando es sí; y no, cuando es no» (Mt 5, 37).


Les dejamos una excelente infografía para verificar las fuentes de las declaraciones del Papa Francisco. Si les gusta la imagen recuerden que en http://biblioteca.catholic-link.com publicamos todos nuestros diseños en una super calidad para que se los bajen y los puedan usar libremente.

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