

La solemnidad de la Ascensión de Jesús al Cielo tiene lugar cuarenta días después de su Resurrección. Este día conmemoramos, como el nombre indica, su subida al Cielo. Marca la entrada definitiva de la humanidad de Jesús en el dominio celestial de Dios, de donde vendrá de nuevo.
De esta manera, Jesús nos abre las puertas para que podamos seguirle. Por eso, para todos nosotros, los cristianos, es un símbolo de esperanza. Ahora sabemos que Cristo está sentado a la derecha del Padre, intercediendo por nosotros. Sabemos que un día podremos llegar con Él a gozar de la felicidad eterna.
Tiene lugar el cuadragésimo día después de la Pascua, un jueves. En muchos otros países, se transfiere al domingo siguiente.
Lo que dice la Biblia



Esta es la escena del Evangelio que nos habla de la Ascensión de Jesús al Cielo:
«Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28, 16-20)
Lo que dice el Catecismo



El Catecismo dice que: «La ascensión de Jesucristo marca la entrada definitiva de la humanidad de Jesús en el dominio celeste de Dios, de donde ha de volver (cf. Hch 1, 11), aunque mientras tanto lo esconde a los ojos de los hombres (cf. Col 3, 3). Jesucristo, cabeza de la Iglesia, nos precede en el Reino glorioso del Padre para que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos en la esperanza de estar un día con Él eternamente. Jesucristo, habiendo entrado una vez por todas en el santuario del cielo, intercede sin cesar por nosotros como el mediador que nos asegura permanentemente la efusión del Espíritu Santo». (665-667)
Lo que dijeron los últimos Papas



En las Escrituras vemos que Jesús da instrucciones a sus apóstoles. En una homilía, en la solemnidad de la Ascensión de Jesús al Cielo en 1979, el Papa Juan Pablo II resumió cuáles fueron esas instrucciones que el Señor dejó a sus amigos para que nos las transmitieran a lo largo de los siglos:
«Debían esperar al Espíritu Santo, que era don del Padre. Desde el principio estaba claro como el cristal que la fuente de la fuerza de los Apóstoles. Es el Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo quien guía a la Iglesia por el camino de la verdad; se ha de extender el Evangelio por el poder de Dios; y no por medio de la sabiduría y fuerza humanas. Además, a los Apóstoles se les instruyó para enseñar y proclamar la Buena Nueva en el mundo entero. Y tenían que bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Al igual que Jesús, debían hablar explícitamente del Reino de Dios y de la salvación. Los Apóstoles tenían que dar testimonio de Cristo «hasta los confines de la tierra». La. Iglesia naciente entendió claramente estas instrucciones y comenzó la era misionera. Y todos supieron que la era misionera no terminaría antes de que volviera de nuevo el mismo Jesús que había ascendido al cielo».
En un mensaje durante el Regina Caeli del 2010, Benedicto XVI dijo:
«El Señor atrae la mirada de los Apóstoles —nuestra mirada— hacia el cielo para indicarles cómo recorrer el camino del bien durante la vida terrena. Sin embargo, él permanece en la trama de la historia humana, está cerca de cada uno de nosotros y guía nuestro camino cristiano: acompaña a los perseguidos a causa de la fe, está en el corazón de los marginados, se halla presente en aquellos a los que se niega el derecho a la vida. Podemos escuchar, ver y tocar al Señor Jesús en la Iglesia, especialmente mediante la palabra y los sacramentos».
Por su parte, en el 2013, el Papa Francisco nos animó con este mensaje:
«La Ascensión no indica la ausencia de Jesús, sino que nos dice que Él vive en medio de nosotros de un modo nuevo; ya no está en un sitio preciso del mundo como lo estaba antes de la Ascensión; ahora está en el señorío de Dios, presente en todo espacio y tiempo, cerca de cada uno de nosotros. En nuestra vida nunca estamos solos: contamos con este abogado que nos espera, que nos defiende. Nunca estamos solos: el Señor crucificado y resucitado nos guía; con nosotros se encuentran numerosos hermanos y hermanas que, en el silencio y en el escondimiento, en su vida de familia y de trabajo, en sus problemas y dificultades, en sus alegrías y esperanzas, viven cotidianamente la fe y llevan al mundo, junto a nosotros, el señorío del amor de Dios, en Cristo Jesús resucitado, que subió al Cielo, abogado para nosotros».
La Ascensión de Jesús y su importancia en la historia de la Iglesia



La Resurrección y la Ascensión de Jesús al Cielo son verdades fundamentales de nuestra fe cristiana.
La Resurrección de Jesús es el evento central de la fe cristiana, porque es la prueba de que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios y que Él ha vencido la muerte y el pecado.
La Ascensión de Jesús al cielo también es importante porque es el momento en que Jesús cumple su promesa de enviar al Espíritu Santo para guiar a la Iglesia.
La Ascensión de Jesús nos recuerda que, aunque Él ya no camina a nuestro lado como lo hizo con sus amigos y apóstoles, sigue estando presente en nuestras vidas de una manera nueva. Así, nos da la fuerza y la guía necesarias para cumplir nuestra misión en la tierra. Para vivir de acuerdo con los valores y enseñanzas que nos compartió.
Esta solemnidad también nos recuerda que nuestra vida en la tierra es temporal; nuestra verdadera meta está en el Cielo. Por eso, debemos trabajar para cumplir con nuestra vocación y buscar el Reino de Dios en todo lo que hacemos.
Debemos vivir como Jesús, amar como Él y buscar siempre la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Oración para rezar en la Ascensión de Jesús
Tu ascensión al cielo, Señor, me llena de alegría porque el tiempo de quedarme mirando ha terminado para mí…y el momento de comprometerme ha comenzado.
Lo que me has confiado rompe el caparazón de mi individualismo y de mi «quedarme mirando», haciendo que me sienta personalmente responsable de la salvación del mundo.
A mí, Señor, me has confiado tu Evangelio, para que lo anuncie en todos los caminos del mundo.
Dame la fuerza de la fe, como la que tuvieron tus primeros apóstoles, para que no me venza el miedo, ni las dificultades me detengan, para que ninguna incomprensión me desanime, sino que, siempre y en todo lugar, sea yo tu alegre noticia, una revelación de tu amor, como lo son los mártires y los santos en la historia de todos los pueblos del mundo.
(Padres Dominicos, Provincia Romana de Santa Catalina de Siena)
Fotografías de Freepik.
Gracias. Definitivamente nos queda claro que el Poder de Dios es quien hace posible todas las cosas y nosotros a cumplir sus mandamientos. Saludos!!!
Me encantó la explicación de la Ascensión del Señor al cielo, y nosotros quedamos en la tierra preparándonos para llegar al cielo al encuentro con Él, si cumplimos con los mandamientos. Muchas gracias por tan bella explicación.
Amén.. Gracias por tan linda explicación sobre la Asencion de nuestro Señor al cielo.
Amén
Subiste a los Cielos, para abogar siempre por nosotros y amarnos con tu infinita misericordia. amén 🙏
Gracias por tan hermosa explicación, estoy en mi formación de Catequesis
Infinitamente, Gracias.
Por que, obtuve el conocimiento, de la oracion para rezarla en el momento de la Ascensión del Jesús 🙏
Su lugar al lado de Dios Todopoderoso estaba escrito, pero debía ocurrir su sqcrificio y resurrección y posterior Ascensión al cielo para que el hombre terrenal los discípulos y el pueblo pudiesen creer. Bendito sea el que cree son ver a Dios padre eterno