

Ricardo Montaner, Mau y Ricky, Camilo y Evaluna Montaner se unieron como la familia que son, para componer y sacar a la luz una canción maravillosa: «Amén».
La letra es un grito que brota de un corazón que tiene sed de Dios, que sabe que hay alguien que no abandona y no defrauda, pero que duda y siente miedo.
Y este grito también puede ser nuestro, una súplica que se convierte en oración y que pide a voces amor, consuelo y compasión.
«Necesito que vengas ahora que mi mundo está al revés»
Es fácil identificarse con la letra de «Amén», sobre todo en un tiempo en el que parece que la tormenta no tiene fin. Canciones como estas nos recuerdan que no estamos solos, que no somos los únicos que se sienten necesitados, agotados, inseguros.
Siempre he creído que reconocernos frágiles es un regalo valiosísimo. Tener presente que no somos dueños de nada, que somos pequeños y vulnerables nos hace ver la vida con otros ojos.
Si le ponemos atención a la letra podemos descubrir que es una travesía entre la duda y la esperanza. Casi como un camino de fe que todos recorremos en algún momento. ¿Tú en que punto te encuentras?
«Si tú estás conmigo, ¿quién contra mí?»
¡Qué rápido se nos olvida esto! Esta frase de Romanos 8,31 es totalmente cierta, pero el miedo, la angustia, el dolor o hasta la misma muerte parecen hacerla ilegible.
Cuando llegan los problemas, cuando nos atacan las crisis o la incertidumbre nos cuesta pensar que Dios no nos ha abandonado. Nos cuesta verle el lado positivo a las cosas, nos cuesta recordar que ¡somos hijos del Creador del universo!
En esos momentos de duda o miedo repite mentalmente: «Si tú estás conmigo, ¿quién contra mí?».
«Dime si es verdad, que por la noche me cuidas en medio de la oscuridad»
¡Qué hermoso es pensar que a los ojos de Dios seguimos siendo como niños pequeños! Él conoce nuestros secretos, inseguridades y temores. ¿Me cuidas Señor, velas por mí, me acompañas en todo momento, me abrazas en medio de la noche cuando la tristeza inunda mi corazón?
«Amén» es la muestra de que todos en el fondo, deseamos que Dios nos escuche, nos abrace y nos haga sentir seguros. ¡Corramos a sus brazos sin miedo, digámosle en silencio o a gritos que lo necesitamos, que nada somos sin Él!
Para cerrar me gustaría compartirte algunas frases de la canción que me gustaron mucho, elige tu favorita y compártela en los comentarios. También te recuerdo que el ejercicio de escuchar esta canción puede ser muy útil para retiros espirituales, reflexiones de catequesis o clases de religión.
— «Y si me caigo, estás para levantarme, aunque mis hermanos sean los primeros en juzgarme y señalarme los errores que tú ya me perdonaste»
— «¿A qué le temo?, si cuidas de mí»
— «Que nadie me cuida como tú me cuidas. Que nadie me ama como tú me amas»
— «Aquieta mi inquietud, te pido y quítame el dolor»
— «Que sí me caigo, tú estás para levantarme una y otra vez»
Me emocioné muchísimo hasta las lágrimas con esta canción