Si analizamos la realidad nos damos cuenta cómo muchas cosas en nuestras manos pueden convertirse en fuente de alegría o de tristeza, por ejemplo: el hierro puede servir para forjar arados o espadas, una piedra puede edificar una casa o matar a alguien, una medicina puede curar, pero en exceso puede llevar a la muerte a una persona o hacerle mucho daño.

Algo parecido ocurre con el vino, la cerveza, el pisco, el vodka, etc; En torno a un vaso de cerveza puedes tener un buen momento con tus amigos, una experiencia bonita para compartir en paz y armonía, o puede ser el inicio de una borrachera que llena quizá por unas horas, pero que luego puede desembocar en problemas o situaciones complicadas.

Esta vez un joven se acercó y me dijo: «¿Por qué tengo que dejar de tomar? Tengo 15 años y creo que tengo la edad para
hacerlo, además no le hago daño a nadie y se controlarme».

1. El alcohol y la adolescencia

En el campo de la bebida, como en tantos otros campos, cada uno puede ser señor o esclavo de sus gustos y pasiones, en torno a una botella de cerveza muchos son capaces de medir la dosis, de calcular las copas, de tomar solo lo que necesitan, y realmente
pasar un buen momento con los amigos.

En otros casos también vemos cómo algunos son capaces de soportar la presión social, de los amigos o de familiares, que tildan de tonto, quedado, aguafiestas a quien ha decidido no beber más o quizás ha decidido no beber ni una gota de alcohol. Pero muchas veces esa decisión no es respetada, sino que esa persona es víctima de todo tipo de burlas y presiones, mas aún a tu edad.

Ahora en el caso de un joven o un menor de edad, esto es mucho más complicado porque como han revelado los últimos estudios, «el cerebro de los adolescentes es especialmente vulnerable a las adicciones debido a que las regiones que controlan los impulsos no están totalmente formadas a estas edades, lo que significa que las dependencias al alcohol, tabaco y drogas de los jóvenes son desórdenes relacionados con el desarrollo neuronal».

2. Eso no me va a pasar a mí

Quizás con la seguridad propia de un joven de tu edad me dirás «Pero eso no me va pasar a mí». Bueno ante ello solo te digo ¿Cómo sabes? Porque ninguno de nosotros podrá predecir qué jóvenes desarrollaran problemas serios por el mal uso del alcohol o en quienes se disparará esta adicción.

Es verdad que algunos jóvenes están en «mayor riesgo» que otros de desarrollar problemas relacionados con el alcohol y las drogas, pero personalmente creo que no vale la pena arriesgarse. Ya llegará el momento en que puedas beber alcohol, y te aseguro esperar el momento adecuado, no te hace daño, al contrario, te ayudará a ganar mucho.

Serás una persona íntegra, cuya fuerza de voluntad se ha desarrollado, habrás avanzado en la conquista de tu libertad y además podrás dar ejemplo a otros de que sí es posible divertirse sin necesidad del alcohol.

3. ¿Es necesario el alcohol para divertirse?

¿Te pierdes de algo fundamental para tu vida y desarrollo como persona? ¿No crees que podrías poner en riesgo cosas muy valiosas? Sinceramente creo que no vale la pena perder tanto por tan poco.

En conclusión, la razón por la cual el licor es prohibido para menores es porque tu organismo no está preparado para ello. Además, esta no es una ley religiosa, sino civil, y creo que hay razones suficientes para ello y explicadas con mucha claridad por los médicos o psicólogos.

Aquí también aprovecho para dirigirme a los padres de familia, que en algunos casos ceden a las presiones sociales, u otras razones y terminan dándoles alcohol a los menores de edad en sus casas. Esto es una gran irresponsabilidad y me parece bueno que tomen conciencia de lo que esto significa y que no es lo adecuado.

Alguno dirá «lo van hacer o prefiero que se emborrache aquí que a escondidas», o «prefiero que tome trago bueno a que tome cualquier cosa», etc. Creo que ninguna de esas aparentes razones, hace que cambien las cosas. La realidad sigue siendo, que son menores de edad, que su organismo no está preparado para ello, y además la ley que prohíbe el alcohol a los menores sigue estando vigente.

4. Conciencia y coherencia 

Recuerda que la conciencia de un joven se puede deformar, si es que a la persona no se le educa en una coherencia a ella. Algunos de estos jóvenes, podrán creer que las normas o leyes no son para ellos, porque sus padres les enseñaron a romperlas solo por darles un gusto, por moda o adaptación a la presión social. Esto sin ninguna otra razón de peso y como decía, es algo muy problemático porque la conciencia se podría deformar y llevarlos a aplicar esta manera de proceder, que sus padres les están enseñando, para otras realidades de la vida.

Mi objetivo no es generar una discusión sobre este tema que no es nuevo, sino simplemente hacer una invitación a que no actuemos sin reflexionar. A que los adultos seamos los que ayudemos a los jóvenes a formarse y no cedamos a seguir simplemente la presión del grupo o el hecho de que las cosas ya son así y no hay manera de cambiarlas.

¡Que Dios te Bendiga!