Una de las ideas más generalizadas sobre la pornografía hoy en día, es que es razonable que los hombres la vean. Más aún, que por ser natural en ellos, es aceptable que ellos frecuenten esa forma de desahogar sus «necesidades».

Ahora intentaré desmontar algunas de las grandes mentiras sobre la pornografía que pueden hacer mucho daño a quienes la frecuentan, y a quienes sufren sus consecuencias, valiéndome de este artículo publicado la página Fight the new drog.

1. «La pornografía no es ser infiel»

El fin de la pornografía es producir en el espectador una sensación placentera de tipo sexual (o ayudarle a conseguirla). En la vida real, las relaciones sexuales son la manifestación del amor pleno entre un hombre y una mujer. Una entrega total de uno a otro, y cómo tal, solo puede ser perfecto previo a un compromiso de recibir a la persona que se te entrega enteramente y para siempre (el matrimonio).  El acto sexual será una forma de manifestarle a tu esposa o esposo que lo amas. Tú compartirás este tipo de relación porque le debes ese amor de entregarte por entero (como el otro te lo deberá a ti).  Cuando una persona se pone frente a una pantalla con el fin de tener una experiencia de tipo sexual, fantaseando sobre tener ese momento con otras mujeres, excluye de dicha vivencia a quien sería su futura esposa. Algo que le debes a ella (y solo a ella), lo estarás mal utilizando entre tú y tus mujeres inventadas. En definitiva es una forma de infidelidad por gastar en apetencias desordenadas y mujeres inexistentes algo que le debes solo a ella.

2. «No estoy haciendo mal a nadie»

A ti mismo. El acto sexual es un acto amor. El mal acostumbrarse a utilizar el acto sexual para placer propio te inhabilita a poder querer bien a una mujer y en definitiva a tu esposa el día que toque. El hombre se maneja mucho por las costumbres y «Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad». Cuando una persona se acostumbra a ver este tipo de escenas sexuales, espera de la vida real una situación parecida. Las mujeres en este tipo de videos son falsas, el tipo de interacciones y de relaciones humanas entre las personas en este tipo guiones son irreales, pero claro, si no conoces otra cosa, porque cuando se trata de sexo tu única referencia son las películas en cuestión,  no conoces como el sexo es en verdad amar a quien tienes enfrente y no utilizar. Tu cerebro crea falsas sensaciones sobre lo que es el sexo a partir de una pura actuación.

Al igual que si ejercitas erróneamente un músculo este se estropea, estas mal gastando tu tendencia sexual en el placer y no en el amor, pudiendo estropear tu capacidad de amar. Las consecuencias del no poder amar primero entristecen al que se ve privado de la capacidad de hacerlo.

3. «Un chico no puede evitarlo»

woman being bored watching tv with boyfriend

¿Acaso los hombres son un tipo de animal sin libertad o voluntad propia? Es cierto que los hombres y las mujeres somos distintos, y si algo suele ser característico es que ellos son más físicos (se ve más claro en las relaciones de pareja). Esto no quita que un chico pueda dirigir sus tendencias y apetencias hacia un fin específico. Por poner un ejemplo concreto: cuando un chico no está contento con su forma, sabe exactamente qué hacer, ponerse a dieta y  hacer ejercicio diariamente. Esto no es necesariamente fácil, puede dar mucha pereza ir al gimnasio todos los días, pero es perfectamente alcanzable, natural y bueno. Si un chico sabe distinguir que es bueno que deje de ver pornografía, puede cuidarse y dejarla (un caso distinto y que no trataremos aquí es la adicción a la misma).

4. «Las chicas también pueden hacerlo»

¿No está tan mal que un chico lo haga si una chica también puede hacerlo? Sí, una chica también puede ver pornografía, pero también puede tirarse de un puente si quiere. Que puedas hacerlo no implica que debas hacerlo. Parece que está de moda que las mujeres también «disfruten» de la pornografía, pero recuerda, ver pornografía solo te llevará a una sensación de plena insatisfacción y desagrado natural (si alguna vez has visto pornografía lo sabrás perfectamente), provocada por el rechazo al falso amor y la falsa idea de la mujer que intenta venderte ese tipo de escenas. No te regodees de poder ver pornografía, sé más sabia e intenta defender a la mujer por quien es (su belleza, su fortaleza y su inteligencia) y no en que pueda ser utilizada como un juguete sexual.  No se trata de hacer una diferenciación de sexos que una mujer pueda hacerlo no legitima a que el hombre lo haga. No es bueno para ninguno de los dos. Es descontextualizar la relación sexual y los une en la desgracia.

5. «Es algo que las parejas pueden hacer juntos»

Si lo que buscas es tener un momento romántico para compartir con tu pareja, cualquier cosa en el mundo es más romántica que ver juntos una película pornográfica. Buscar intimidad con tu pareja es distinto de buscar excitarle sexualmente. La intimidad que puede tener una pareja de novios se caracteriza por una fase en la que conoces al otro, que va acompañada de muestras de cariño (un beso, un abrazo, una caricia). Conózcanse, hablen, diviértanse, salgan a comer, a bailar, ¡lo que sea! Una relación real no es la que tiene como centro el placer sexual, es la que se basa en el amor mutuo, el respeto, la confianza y el sacrificio y claramente ninguna de estas palabras podrías relacionarlas con esa clase de videos.

6. «Pienso en mi novia cuando veo»

Cuando alguien enciende la pantalla para ver pornografía no es porque extraña a su novia (o novio si fuera una mujer), lo que busca es simplemente placer sexual. Como el fin es solo el placer y no el querer o compartir, es indiferente que lo de su pareja formal o la chica de la pantalla que nada tiene que ver con su novia. Uno no fantasea sobre la realidad, la realidad se vive, la fantasía es para uno con sus ideas y representaciones. Y aún si estuvieras pensando en tu novia (o novio si fueras chica), tú no quieres que tú imagen y toda tú personalidad se vea reducida a una imagen sexual al servicio de las apetencias de otra persona. Tú quieres poder ser tú y querida de verdad por quien eres. Si quiere quererte que te traiga flores no que fantasee contigo.

7. «Él acepta cosas que yo hago mal»

Efectivamente somos humanos y nos podemos equivocar. Querer a tu pareja no solo se trata de ser paciente con sus defectos se trata también de ayudarle a superarlos. Si lo quieres de verdad y quieres cuidar tu relación, no le concederás que se haga daño a sí mismo y a ti solo porque también tiene que lidiar con tus defectos. Esta es una lucha que consiste en ayudar al otro a ser la mejor versión de sí mismo; yo por ti y tú por mí. Es verdad, tú caerás en ciertas cosas también, pero eso no ampara a que una persona se deje a sus apetencias desordenadas. Ayúdense mutuamente a ser personas que puedan querer más libre y puramente, y esto repercutirá felizmente en su relación.

A modo de conclusión (y siendo un punto crucial para entender toda esta reflexión), cuando se tiene presente el fin del ser humano, se ve muy claro que es lo que le hace bien y que le hace daño. El hombre ha venido al mundo para amar y ser amado. La fantasía sexual en la que te encuentras cuando ves pornografía, no te acercará a querer mejor ni a sentirte deseado o querido. No dejemos que la sociedad nos venda una idea falsa sobre las relaciones, el sexo, y en definitiva, de las personas.

Para terminar te dejamos otro artículo que te puede ayudar mucho en este tema: