

Estos son pequeños actos que puedes realizar a diario para sentirte más cerca de Dios. Para tenerlo presente durante la cotidianidad de tu día. A veces creemos que para comunicarnos con Él, tenemos que ofrecer alguna oración especial o retirarnos a algún lugar específico para ser escuchados.
La verdad es que podemos hablar con Él todo el tiempo, a cualquier hora y desde cualquier lugar. Esta lista que te compartimos puedes emplearla todos los días, de a pocos si es que te cuesta. Espero que sean de ayuda para ti y tu relación con Dios.
7 cosas que puedes hace a diario para sentirte más cerca de Dios
Di «gracias» cada mañana al despertar
Que lo primero que venga a tu mente cuando suene el despertador sea Dios. Justo en ese momento en que luchas con todas tus fuerzas para levantarte de la cama, solo di: gracias Dios por este nuevo día de vida que me das.
Siéntete afortunado mientras te bañas
Hay gente que no tiene agua, así de sencillo. No tienen agua para bañarse, ni para beber, ni para cocinar, ni para nada. Mientras tomas una ducha siéntente agradecido y aprovecha esos minutos para ofrecerle a Dios los actos de ese día.
Cuando pases a desayunar, bendice los alimentos
No hace falta que pongas la cara de sufrimiento de este niño, ni que te des una bendición exagerada. Cuando te sientes a la mesa, dale gracias a Dios por todas las personas que trabajaron para que el huevo, el pan, la arepa, el café, el chocolate, el tamal, el queso, la fruta o lo que sea que desayunes, esté en tu mesa. Por las manos que labraron la tierra, por el sudor de los campesinos y por el dinero que te permite alimentarte a ti a tu familia.
Ofrece una oración corta de camino al trabajo o la universidad
Aprovecha ese trayecto para hablar con Dios sobre lo que quieras. Para darle gracias o para pedirle un favor especial. Para desahogarte o para pedirle que te llene de paciencia por el tráfico o los apretujones. Recuerda que la oración es un dialogo constante.
Ofrécele el inconveniente que tengas ese día
Puede que en el trabajo algún compañero o jefe viva desafiando tu paciencia, ofrécelo. Si la reunión se extendió más de lo pensado y no pudiste almorzar, ofrécelo. Si alguien te ofendió con sus comentarios, ofrécelo. Ofrece, ofrece, ofrece, todo lo que te molesto o te lastime.
Ofrece un Padre Nuestro o un Ave María de vuelta a casa
Esta vez no lo ofrezcas por ti, ofrécelo por tus amigos, tu familia, tu pareja, tus compañeros de trabajo o cualquier otra persona que conozcas. Por el sufrimiento, la tristeza, la necesidad o el abandono que soportan otras personas. No pidas nada para ti.
Recuerda a tu ángel de la guarda en la noche
Tu ángel de la guarda no te olvida, así pasen días, semanas o meses sin que le dirijas la palabra. Cuando el día haya terminado y ya estés en tu cama, ofrécele su oración habitual y dale gracias a Dios por haberte premiado con semejante guardián.
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