

Estamos a puertas de empezar el Adviento, tiempo que a todos los cristianos nos debería llenar de ilusión y que deberíamos aprovechar como una época litúrgica especial para crecer en el espíritu. Ciertamente nos ilusionamos, coincide el fin de año, las celebraciones y los eventos de cierre abundan.
Lejos de poder dedicar el tiempo suficiente a nuestro espíritu pareciera que el mes de diciembre se transformara en un huracán de desorden y caos del que parecemos no poder escapar. Algunos se mentalizan y tratan de hacer las cosas lo mejor posible, otros planifican, pero a la hora de la verdad, nada se cumple y diciembre y la Navidad les pasan por encima. Otro tanto cae en el pesimismo y una fiesta de tanta alegría, se vuelve en la disculpa para el mal humor, la tristeza y también la crítica.
En CatholicLink hemos descubierto algunas actitudes que se van presentando año a año y que se acentúan con el paso de la edad, que nos van alejando del verdadero sentido de la Navidad: la alegría y celebración porque «ha nacido el Salvador: el mesías, el Señor». Aquí te las presentamos junto a algunas sugerencia para poder combatirlas. Que este año, el Adviento no te tome desprevenido.
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