Para muchos países, febrero es sinónimo del mes del amor. De compartir en pareja los chocolates Ferrero, los globitos, los mensajes de Whatsapp del ex, de decirle adiós a algunos peluches, de recibir rosas románticas, de la nueva canción de Los Ascoy, de escuchar a Morat y Yatra, y de llorar o reír con la tusa .

Pero también tiene que ser sinónimo de recordar que el amor de pareja tienen mucho que ver con el amor que nos propone vivir Jesús con el prójimo. Por eso, queremos recomendarte cuatro formas muy especiales para que beses a tu pareja con mucho, mucho mucho amor en este mes. Y por supuesto, ¡Disfruta las consecuencias!

1. Bésense con las manos

¿What? ¡Calma! Sigue leyendo…No dejen de darse la mano cuando más lo necesiten. ¿Cómo se hace esto? Empieza con la pregunta ¿en qué te puedo ayudar? Piensa ¿en qué necesita mi pareja ayuda? Conozco una pareja de amigos que amo mucho (Mauricio y Priscilla) ambos tienen una anécdota muy divertida.

Tanto en su noche de bodas como en su luna de miel, Mauricio se enfermó, y Priscilla tuvo que cuidarlo. Darle su sopita de pollo, ponerle el termómetro, levantarse de madrugada para abrigarlo, en fin. No hay nada más romántico que estar pendiente de las necesidades de tu pareja, ¿o no? Esto me hizo pensar en cómo cada cosa que se nos presenta, se convierte en una oportunidad de amar.

No tienes idea cómo eso hace que tus «te amo» por Whatsapp sean muy creíbles. El servir es incómodo, a veces lo que tu pareja necesita te saca de tu zona de confort, si eso pasa, sonríe, ¡alégrate!, porque muy probablemente habrás llegado a tu zona de amor.

¿En qué crees que necesita ayuda? Quizá con cosas del trabajo, algún asunto familiar, algo relacionado a compras, algún
tema de salud, algún consejo, o lo que sea. Pero recuerda que no hay caricia más placentera para tu pareja que decirle con gestos concretos: «Estoy aquí para lo que necesites».

2. Bésense con las miradas

Y nunca dejen de ver al ser humano que tienen al frente. Crecemos con la expectativa de «mi pareja ideal», o del César ideal, o de la Flavia ideal, o del Ronald ideal o de la Lilibeth ideal, y a veces nos llegamos a enamorar de ese ideal que hemos construido.

Lamentablemente nos frustraremos en poco tiempo porque eso no existe. Mírense con compasión, vean sus historias, dense cuenta que no fueron criados de la misma forma, que algunas actitudes o rasgos, son porque crecieron por muchos años en ambientes diferentes.

Miren sus heridas y vean cómo alguna de ellas aún no están cerradas, y mírense para que cuando vuelvan a doler, no renieguen de ellas, sino las atiendan juntos. Mírense como hospital de campaña y no como juzgados, cúrense en vez de señalarse, protéjanse en vez de dañarse.

Mírense reconociendo que cada uno vive procesos diferentes, y eso no está ni bien ni mal, simplemente son ritmos diferentes, circunstancias diferentes. Mírense sin dejar de ver las emociones que pueden estar viviendo, mírense reconociendo que no tienen por qué pensar igual.

Pero no dejen de mirarse con compasión, con ternura. Mírense y ámense el uno al otro como Jesús les amó.

3. Bésense con la memoria

¡Y recuerden sus victorias! Recuerden todas las veces que se demostraron amor, todas las veces que se animaron a pedirse perdón. Todas las veces que sintieron mariposas en el estómago pero también cuando sintieron monstruos en la cabeza, y a pesar de eso decidieron seguir juntos.

Recuerden cuando se cayeron y decidieron no quedarse en el suelo, sino seguir caminando. Recuerden todos los sacrificios y todos los viajes, todos las lágrimas que derramaron, pero también todos los fuegos artificiales. Todas las peleas de box, pero también los abrazos koala.

Recuerden todo eso porque cuando pienses que no son el uno para el otro, probablemente, habrá una historia que te diga lo contrario.

4. Bésense con el oído

Con mi novia tenemos un hashtag que nos gusta mucho: #Honestidad. Nos encanta tener una gran transparencia para dialogar, pero cuando sabemos que algo puede generar cierta polémica o puede afectar de alguna manera al otro, empezamos diciendo ¿oye mi amor «te puedo decir algo hashtag honestidad»?

Y aunque a veces no me gusta escuchar lo que venga, me gusta que me lo diga porque eso hace que la relación crezca
con base sólida. Si solo le dices a tu pareja lo que se escucha lindo y nada más que eso, y dejas de decirle cosas por temor a lo que pensará, créeme que estás construyendo un castillo de arena y una versión más de «Me dediqué a perderte» de Alejandro Fernández.

Pero ojo, no solo se trata de escuchar las palabras, también los gestos. ¿Qué crees que te está diciendo tu pareja últimamente con los gestos o actitudes que tiene contigo? No te quedes con la duda y convérsalo, un diálogo desde la humildad y la honestidad puede ser la cita romántica que tu relación más necesita en este san Valentín.

Bonus Track

También bésense viviendo su espiritualidad juntos. No dejen de orar, vayan juntos a vivir la Eucaristía, prenda una velita y hablen con Dios, como pareja, juntos, unidos. Cuenten con Él. Dios está tan feliz de que dos jóvenes quieran vivir un enamoramiento, tanto como lo está cuando un joven decide consagrase a Dios.

A veces en las pastorales nos cuesta acompañar enamoramientos. Los miramos por debajo del hombro y preferimos que ningún joven se enamore de nadie para «cuidarlos». Para Dios sí es importante. Lo único que te pide para tu relación de pareja es que vivas desde el amor, que no se usen, que no se dañen.

Respétense, dialoguen, compartan, pero siempre vivan con la certeza de que el Dios del amor, va con ustedes y los mira con amor. ¡Feliz san Valentín! ❤️