El primer grupo oficial de misioneros que llegó a la Nueva España fue el de los franciscanos. Todo era nuevo y desconocido, sin embargo ellos tenían en mente solo una cosa: dar a conocer a los nativos a Dios a través de la Palabra. Así que se armaron de valor y decidieron realizar todas las actividades que fueran necesarias para lograrlo.

Aquí compartimos algunas que nos ayudarán a nosotros mismos a cercarnos a la Palabra.

1. Conocer y aprender la lengua y las costumbres de los naturales

Nos cuenta Robert Ricard en su libro «La Conquista Espiritual de México», que cuando los franciscanos pisaron tierra americana, lejos de esperar que los indígenas aprendieran el español, ellos se preocuparon por aprender el idioma de ellos, en especial náhuatl y maya que eran los idioma más conocidos en la región.

Pero fueron más allá, se adentraron a conocer y entender las costumbres de aquellos pobladores. Al hacer esto lograron que personas que nunca habían escuchado hablar de la palabra de Dios, se identificaran con ella de una manera más fácil y rápida.

Si alguna vez al leer la Palabra de Dios, te ha parecido que no has entendido nada, no te preocupes, no eres el único, a muchos nos ha pasado. Esto ocrurre porque el texto bíblico fue escrito en un idioma diferente al nuestro y en un tiempo diferente, donde las costumbres también lo eran con respecto a las nuestras.

Por eso es importante profundizar en el conocimiento de la cultura y el contexto en que se desarrollaron las Sagradas Escrituras. La mejor forma de hacerlo es apoyándonos de los expertos. Procurar leer textos de teólogos reconocidos que ayuden a entrar en este tipo de sabiduría es lo mejor.

Un escrito excelente que ayuda a todo cristiano a conocer más sobre Jesús y los evangelios, es la trilogía Jesús de Nazaret, de Joseph Ratzinger. Está escrita con un lenguaje sencillo y muy comprensible pero al mismo tiempo tan profundo que nos hace amar más a Dios.

2. Ponle más atención a las imágenes 

Los franciscanos observaron que los indígenas se comunicaban a través de pictogramas e imitándolos, les trasmitieron el Evangelio con imágenes.

Un descubrimiento sin igual que lograron los franciscano, fue el hecho de que los naturales se comunicaban a través de dibujos. Así idearon trasmitir conocimientos esenciales y profundos de la Biblia por medio de representaciones gráfica (te recomiendo esta conferencia si estás interesado en aprender más sobre las Escrituras). Fue entonces que crearon los Catecismos Testerianos, que estaban llenos de simbología muy entendible para los indígenas.

Hoy tenemos a la mano las obras sacras. En especial las pinturas, que nos hablan de la Biblia. Estas poseen un gran valor teológico, pues en ellas los pintores procuraban explicar con imágenes, el mensaje profundo de la Palabra de Dios.

Por eso al ver una pintura religiosa, no dudemos en deleitarnos en ella e investigar cuál es la interpretación que tiene. Pues cada uno de los elementos que la conforman darán mayor entendimiento del pasaje bíblico que representan o del mensaje que entrañan.

Los museos con visitas guiadas son excelentes para este fin, pero si no es posible acudir a ellos físicamente se puede hacer virtualmente. Hay muchos museos en la web que además de permitirnos admirar las obras, también nos comparten una explicación de la misma.

3. Plan de enseñanza gradual

Dos eran los tipos de enseñanza que se implementaban: la primera de iniciación y la segunda para aquellos que aprovechaban en la fe y en la vida cristiana.

El último punto y tal vez el más importante, es el hecho de que los franciscanos realizaron un plan de enseñanza gradual. En una primera etapa se acercaban a los indígenas con un conocimiento básico-elemental de Dios y de la Iglesia antes de bautizarlos, para posteriormente otorgarles una enseñanza más profunda y continua de por vida.

Conocer la Palabra de Dios, requiere tiempo, dedicación y paciencia. A un amigo no se le conoce de un día para otro y sobre todo, no se conoce todo de él en un solo día. Es importante que los católicos nos adentremos poco a poco y de una forma adecuada a ella.

Afortunadamente cada vez hay mayor oferta académica certificada por la Iglesia, como por ejemplo en las parroquias y universidades que nos dan la oportunidad de acercarnos de una forma más fácil y profesional al conocimiento de Dios.

Si eres de los que ya tiene estudios bíblicos y teológicos, ¡maravilloso! continúa estudiando y profundizando en los textos Sagrados ya que su conocimiento es infinito. Si hasta ahora estás empezando, hagámoslo juntos ¡ánimo!

Artículo elaborado por Sandra Oglesby.