En este Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco ha querido llenar el año de gestos y medios que permitan a todo el mundo experimentar que la misericordia de Dios es algo accesible para todos, y que la Iglesia, como madre, está interesada en llegar a cada rincón del planeta con ella.

Nosotros como apóstoles estamos invitados a vivir este jubileo en plenitud y con conciencia de que es Dios quien nos llama para convertir nuestras vidas y cambiar nuestros corazones, pero al mismo tiempo, tenemos la responsabilidad de transmitir todo lo que está ocurriendo. Dentro de estas cosas están las peregrinaciones hacia las puertas santas en los diferentes lugares del mundo y la oportunidad de acudir con mayor asiduidad al sacramento de la reconciliación. En este punto el Papa ha puesto un empeño especial y ha convocado a los obispos a que propongan algunos sacerdotes para ser enviados por el todo el orbe como misioneros de la misericordia.

Quiénes son, cuál es su misión, y todos las demás cosas que seguramente te estás preguntando, queremos respondertelas ahora, para que puedas vivir con alegría este jubileo, y también motivar a otros a acercar sus corazones al corazón de Dios a través de estos signos y gestos que la Iglesia nos ofrece durante este año.


Misioneros de la Misericordia

¿Por qué el Papa Francisco envió misioneros de la misericordia?

Porque ha llamado a celebrar un Jubileo en donde busca que todo el pueblo de Dios experimente esa misericordia que el Señor tiene para nosotros. Estos misioneros son un equipo especial del Papa, integrado por más de mil sacerdotes de todas partes del mundo enviados a predicar de la misericordia de Dios, acompañar a las comunidades cristianas y perdonar los pecados.

¿Cuál es la misión de estos misioneros?

Los misioneros son sacerdotes de todo el mundo que tienen como misión perdonar los pecados que están reservados a la Sede Apostólica (el Papa). Junto con ello tienen la misión de ser testimonio de cercanía y amor con todas las personas como Dios mismo lo haría con ellos.

¿Quiénes son estos misioneros de la misericordia?

Entre los requisitos para ser misioneros estaba el ser: «artífices de un encuentro cargado de humanidad. Predicadores convincentes de la misericordia. Anunciadores de la alegría del perdón. Confesores accesibles, amables, compasivos».
Estos sacerdotes han sido recomendados por sus obispos o superiores y durante todo el año 2015 se hizo una selección de ellos. ¿Conoces a alguno?

¿Qué pecados particulares pueden perdonar?

Si bien durante este Año de la Misericordia todos los sacerdotes pueden perdonar el pecado del aborto, los misioneros están autorizados a perdonar además otros pecados graves:
– La profanación de las especies de la Eucaristía (Hostias y vino consagrado).
– El uso de la fuerza física contra el Papa.
– La violación del secreto de confesión.
– La absolución de una persona que comete adulterio con el mismo sacerdote que le absuelve.
– La ordenación de una mujer como sacerdote por parte de un obispo.
Si te fijas en la lista, está pensada, en gran medida, para sacerdotes que buscan reconciliarse con el Señor y con la Iglesia, y el Papa como un gesto de amor paternal ha dado la facultad que él posee a los misioneros para perdonar estos pecados.

¿Dónde podemos encontrar a estos misioneros?

El Papa ha querido que sean un signo de la misericordia. Es por eso que su número es limitado (alrededor de mil) y no hay misioneros en todas las diócesis del mundo ni tampoco en todos los países. Por lo tanto te invitamos a que averigües si en tu diócesis hay alguno o si lo hay en tu país, y junto con tu comunidad animarse a vivir este jubileo invitando a ese sacerdote misionero a que les acompañe y predique.

¿Quiénes necesitamos de los misioneros de la misericordia?

Es claro que todos necesitamos recibir el perdón por nuestros pecados. San Pablo nos dice que todos hemos pecado (Romanos 3, 23), por lo tanto todos estamos invitados a arrepentirnos, cambiar nuestra vida y pedir perdón. Aunque los pecados cometidos no sean de los más graves, seguro que si revisamos nuestras conciencias vamos a encontrar la necesidad profunda de reconciliarnos con Dios y estos misioneros (y todos los sacerdotes) están llamados a darnos ese perdón que el Señor tiene para nosotros. Si te cuesta hacer esa revisión te ayudamos con estos 7 pasos para que puedas hacer un buen examen de conciencia.

Para los que necesitan cariño maternal…

El Papa ha querido que estos sacerdotes misioneros sean la presencia materna de la Iglesia en el mundo.
El pecado nos deja heridos y desgastados, recibir ese cuidado maternal, esa preocupación y ternura llena de misericordia, es algo que todos necesitamos.
Pero atentos, no es solo trabajo de estos sacerdotes misioneros, tu también puedes ser esta expresión maternal de amor para otro hermano caído a la orilla del camino.

Para los avergonzados…

Es vergonzoso cometer pecados. No es fácil pararse frente a otro hombre (incluso sabiendo que representa a Dios) y confesar nuestros pecados. El relato del Génesis nos cuenta que Adan y Eva estaban avergonzados cuando tomaron conciencia de lo que habían hecho. Estos misioneros y la Iglesia en general quieren cubrirnos con un manto de misericordia que nos devuelva la dignidad de hijos amados.

Para invitar a regresar a los que se habían alejado…

Una de las intenciones del Papa es romper con el estigma del confesor severo que sanciona a la gente en vez de consolarla y animarla. Queremos que la casa esté llena con todos los hijos del Padre, que se sientan cómodos y no juzgados, que se sientan aceptados y no cuestionados por lo que han hecho. Estos misioneros están llamados a mostrar ese rostro lleno de amor con un cartel de «bienvenidos» pegado en la frente.
¿Cómo vive tu comunidad la acogida a aquellos que se han alejado y que desean regresar?

Para los que necesitan una motivación externa…

Seguro que en tu entorno hay alguien con la necesidad y la inquietud de acercarse más a Dios. Este Jubileo de la Misericordia es una excelente oportunidad para hacer una catequesis sencilla con los amigos, hablar de las puertas santas y las peregrinaciones; de los actos de penitencia y caridad y de los misioneros de la misericordia, con mayor razón si están en tu diócesis. Seguro que todos estos elementos serán un buen elemento motivador para quien le falta ese último empujoncito para acercarse a recibir la misericordia de Dios.